de gorra me la encontré

En unos escalones del patio de la prisión, me encontré una gorra familiar. No tenía nombre, pero olía al sudor de un conocido. Si fuese un perro lo tendría más fácil. Pero algún resorte de mi mente provocó un chisporroteo palpitante de sensaciones. No era de nadie preso, ya no. Había huido hace tiempo. Un superviviente, ¿una esperanza? Por ahora no me quito la pecera, pero recojo la prenda y la guardo en un bolsillo. Tráeme suerte, hazme recordar... ¿Puedo encontrar a tu dueño? ¿Dónde te he visto antes? Si no me doliese tanto la cabeza...

al revés me sienta mejor

Todos creen que soy un payaso, pues me tiro de la silla y ruedo, y brinco, y me tropiezo y me hago daño contra un árbol, y un niño ríe. Pero millones lloran, no es justo, así que me vuelvo loco y creo que lo más fácil es hacer que todos lloren en vez de intentar todo lo contrario. Me lanzo contra el niño que reía e intento arrancarle la cabeza, veo su cabeza horrorizada al otro lado del cristal. Me despierto, me he hecho sangre al caerme, y unas finas grietas surcan mi mirada. Boca abajo y contra un árbol, y un policía se me acerca, y le digo, ¿sabes que yo fui una vez policía? Pero el mundo al revés funciona mejor. No me oye, mi voz le llega distorsionada. Lloro. Me cuesta respirar. ¡Déjeme! Así estoy mejor.













El día entró por los huesos antes de lo previsto, evidente luz que mutila los deseos
Lomos extendidos bajo el edredón después del vino y las cerezas, estaba el mío sin el tuyo
Parecían alas abandonadas por capricho, un hueco tibio de ave en la almohada
Algunos zorros venía hambrientos a pedir a la puerta, saben del abandono en Babel
Justo cuando al seudo-francesa cambia la historia me despierto y el bicho está en tu lugar
A veces es mejor mantener la distancia adecuada y al rehén en la cuerda floja
Reventamos los idiomas para acabar con las puntas de los dedos empapadas en té y aceite
Otra ristra de emociones en serie, una prueba de amor hombre transfigurado en pájaro
No debí dejare jugar con mi falda
Era un sueño, ahora es realidad
Gritar es lo que me queda, buscar en la carroña, de cara al cielo donde anidan los cuervos
Rezos, hechizos, encantamientos, todos actos inexplicables, te hago trozos
Obras y poemas de origen dudoso con trazo de plumas negras.

asiento asentado

Tenía poco, había que aprovecharlo todo. Hacer agradable la escasez, mezclar para crear. ¿Era un sueño? Ahora lo parece, ahora que estoy despierto en el otro lado. Con vuestro permiso, voy a cerrar los ojos.