anatomía anti-racial


La cima de tu alma y la mía carecen de color,
no podemos escapar al hueco de la tumba
ni por blancos, ni por negros, ni por verdes.
Nuestros cuerpos dibujan atmósferas de diferentes lugares,
no obstante del mismo polvo procedentes.
El horizonte ascético de tu espíritu y el mío escapan al aspecto
y nuestras oraciones son escuchadas, las dos, allá donde lleguen.

Vivimos en el tiempo de guardar los relicarios
y dedicarnos a los buenos sentimientos.
Aislamos pasiones en idénticas cárceles vertebradas,
bañamos en exacto azul las neuronas de los desengaños,
el amor nos atrapa por igual y se cuela en íntimos recovecos.
Si de colorido se trata el consuelo más blanco es el de la pena más negra
pero no hay corazón blanco espuma y negro azabache, es grana todo él, querido.

La huella de las arrugas no burla ni tu tiempo ni el mío.
Ley de la gravedad domina con la misma garra toda la gama de somas,
arquitectura elástica de nuestros músculos liados en el mismo rosa.
¿Será cuestión de pigmentos que coagula tu sangre más veloz y sutura antes tu
herida?
La pulsión bioélectrica de un orgasmo es anárquica a la apariencia.
Sin preguntar norte o sur, entra la parte de oxígeno al inspirar
en tí y en mí, la víscera principal tiene el mismo destino natural, latir y sin matices

No es ficción, es realidad y no se establece en colores
Si el cielo tiene nubes,
el día es nublado para el uno y para el otro.
El otro.



*A propósito de las Jornadas Antirracistas, SOS Racismo, Madrid, Marzo-Abril, 2008, en el PatioMaravillas.

poema de las horas radicales III

mis legañas se han convertido en caballos de mar
tambien en memoria de mini minutos con sabor a humor de pez
ojos de cristal bañados en carreteras azules
y extrarradios embebidos por la luz de nuevo día en total estado de sitio
balbuceo gestos, sorbo el aire, ando de puntillas,
amanece como si nunca antes hubiera amanecido
tacto de enredaderas mutantes alcanzan el ojo del perro andaluz
y entonces sé que soy esto: mutación cardiaca y previsión del raciocinio
me abrazo a un mendigo que golpea su sombra
para así convertirme en el abrigo de un loco
que no tiene nombre, que no tiene ropa
mosca que flota en plato de fideos amarillos
desde el tiempo en que supuse ser más de lo que soy
verde lamento cotidiano
y supusión perenne de mi yo arropado por vocales, consonantes y palabras.

again


agotó la gama de los azules
y saturó de negro
las grietas que se abrían
en el vestido de ella,
muro donde iban a estrellarse las causas perdidas
y desfiladero de fantásticos encuentros de humo (gris)

su confianza ciega en el verde
en los simbolismos cromáticos y en sus formas
le arrastraba a silencios
incoloros
a laberintos de arañazos
de los que salía otra vez

la repetición cíclica del vacío,
de la pesada sensación de vacío,
del amor sin palabras de amor
del brillo sin luz
de la muerte sin luto

seven seconds
sólo era una canción
o el tiempo justo para los que
quisieron intentarlo de nuevo


pan puede que olvidado

Días hay que paso mucho hambre, que me muerdo la carne y bebo mi propio sudor desesperado por sobrevivir en un último intento. Giro una esquina y pongo el grito en el cielo. ¡Pan que va a perderse! ¿No es para nadie? Y si no es para nadie ¿es para mí, fruto del olvido? Pan olvidado o entregado para darme fuerzas. Cojo la caja y cojeando la llevo como un tesoro a un lugar más seguro. No hay que comérselo de golpe, puede dar para muchos, muchos años. Es Pan duro y sabio, con más conocimientos que el recién hecho. ¿Alimentará mi memoria? Mientras mastico un pedazo siento que me habla. Deliro por el hambre, pienso, y como más rápidamente, pero contrariamente a lo esperado, su voz se hacemás fuerte. Acaso sea mágico... o de otro mundo, un mundo pasado, que muchos quieren olvidar, como yo quiero olvidar el mío. Ñam ñam, pues sabe bien, maldita sea. Todavía no alcanzo a comprender lo que me dice, pero suena bien.

poema de las horas radicales antiracistas o poema antiracista de las horas radicales

Si cerraras los ojos, te darías cuenta de lo vulnerable que eres
sentirías el tiempo sin necesidad de medirlo
¡cuánto me duele la piel!
aliento enamorado de las almas y de la sangre
y captarías el mensaje que boga en pos de una verdad desatendida

la soledad de quien no sabe en qué idioma pedir perdón en un aeropuerto
Si cerraras los ojos, quizá escucharas mi corazón agitado,
el apretado aliento de mis labios cercenando resistencias,
pero tus ojos son aún centinelas cabales al servicio de tu miedo
la mecánica del miedo te ciega, te tapa la boca

te rasga la piel, te duele, te obliga a mutilar deseos
yo tengo un deseo
¿te lo cuento o me lo invento?
"Los niños sueñan que sus cuerpos son cintas de colores
mientras bordan logotipos en zapatillas de deportes"
caminas

y las aceras son testigo,
no eres invisible
caminas

y el hueco de las huella
la ola arrastra al mar colecciona un muestrario racial
y los peces copian los colores
vivos, útiles, movimiento sin uniforme,
la calma de la euforia, la vida de la inmensidad
repleta de mil miradas y mil sabores
el infinito está enfrente
y no quieres conocer su olor.



*A propósito de las Jornadas Antirracistas, SOS Racismo, Madrid, Marzo-Abril, 2008, en el PatioMaravillas.

intento



no quiero quedarme en el intento
de romper tus abyectas barricadas de ridículas rencillas
lo haré, traspasaré la anatomía del color
de las antagónicas instancias desiguales
y de la Historia blasfema y enfermiza
te diré, en todos los dialectos comprensibles,
que soy tan verbo y sustantivo como tú y como el resto
que huelo a tu olor y sé a lo que sabes
que camino igual que tú hacia lo desconocido
y construyo andamios bajo el signo de lo humano

los adjetivos que señalan y dividen no me sirven
tampoco una mirada de soslayo sumida en la sutil indiferencia
y en el asedio de unos ojos infectados por la idiotez
de pretender debilitar la dignidad y la vergüenza
tus pasos, lo ves, me obligan a retroceder como un cangrejo
como alguien a quien le han mostrado un futuro enmohecido
y, ahora contrariado, se resiste a darlo todo por sentado
los muros de hormigón que constituyen tus ideas
y que insultan la levedad y la inocencia de los otros
impiden que las manos se entrelacen, que los cuerpos se estremezcan

no quiero quedarme en el intento
de seguir soplando fuerte sobre ti y tu armadura
podría dedicarme a contemplar estatuas
pero prefiero aventurarme a ver lo que se cuece dentro
lo que germina, viaja como el polen y enriquece...
afuera, en ese abrumador estadio, me hallo desprovisto
pero respiro y me seduce una avalancha de destinos
y me pregunto, ¿qué haces tú para perderte?,
¿a quién engañas escupiendo rasgos e inventándote etiquetas?
párate, aún resisto aquí, acércate y verás que soy espejo



*A propósito de las Jornadas Antirracistas, SOS Racismo, Madrid, Marzo-Abril, 2008, en el Patio
Maravillas.