anatomía anti-racial


La cima de tu alma y la mía carecen de color,
no podemos escapar al hueco de la tumba
ni por blancos, ni por negros, ni por verdes.
Nuestros cuerpos dibujan atmósferas de diferentes lugares,
no obstante del mismo polvo procedentes.
El horizonte ascético de tu espíritu y el mío escapan al aspecto
y nuestras oraciones son escuchadas, las dos, allá donde lleguen.

Vivimos en el tiempo de guardar los relicarios
y dedicarnos a los buenos sentimientos.
Aislamos pasiones en idénticas cárceles vertebradas,
bañamos en exacto azul las neuronas de los desengaños,
el amor nos atrapa por igual y se cuela en íntimos recovecos.
Si de colorido se trata el consuelo más blanco es el de la pena más negra
pero no hay corazón blanco espuma y negro azabache, es grana todo él, querido.

La huella de las arrugas no burla ni tu tiempo ni el mío.
Ley de la gravedad domina con la misma garra toda la gama de somas,
arquitectura elástica de nuestros músculos liados en el mismo rosa.
¿Será cuestión de pigmentos que coagula tu sangre más veloz y sutura antes tu
herida?
La pulsión bioélectrica de un orgasmo es anárquica a la apariencia.
Sin preguntar norte o sur, entra la parte de oxígeno al inspirar
en tí y en mí, la víscera principal tiene el mismo destino natural, latir y sin matices

No es ficción, es realidad y no se establece en colores
Si el cielo tiene nubes,
el día es nublado para el uno y para el otro.
El otro.



*A propósito de las Jornadas Antirracistas, SOS Racismo, Madrid, Marzo-Abril, 2008, en el PatioMaravillas.

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