percha incierta

Desnudarme entre farolas y bolardos, pese al frío; los grados centígrados y mis pensamientos me pesan más que mis ropas. Que el que lo necesite lo tome, por mi prefiero el viento en la espalda, aunque me empuje contra un muro hecho de pedruscos afilados. Las heridas de la carne son un alivio para las heridas del alma. Nado en la noche, me siento mejor, porque todo ocurrió de día, si mi memoria me falla lo justo.

1 comentario:

Sugar Kane dijo...

Las heridas de la carne son un alivio para las heridas del alma.

No puedo estar más de acuerdo... saludos