ciao


Los ángeles de bombillas amputan las piernas del otoño.
Donde yo estuve no había piel ni sangre de tus rodillas.
De las venas y botellas venecianas a los intestinos romanos
habla mi cuerpo tendido en el suelo del arsenal del arte:
“I will die”
Es mi sonrisa sólo una cámara fotográfica y un cuaderno.
Diciembre son días de la semana y relojes de móviles.
El frío no entiende de paralelos ni de franjas horarias.
Las hojas siguen cayendo mientras alguien pela una naranja.
Una luz intermitente me viola desde la caja de los juguetes.
Sé que dentro de treinta días vas a volver a morirte en la cama
(a través de las ventanas cubiertas de pañales llamarás a tu madre).

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